dimarts, 21 de febrer del 2012

Apoyo a los estudiantes de Valencia. El mundo al revés.

Una de las cosas que diferencian a un país civilizado de uno por civilizar es la protección a los débiles, sobre todo a los menores, a los niños. No entiendo cómo la policía puede pegar y detener (algunos durante 30 horas) a simples chiquillos.

Una de las grandezas de las normas de nuestra sociedad es la protección al menor: no se puede maltratar ni física ni síquicamente a un niño, haga lo que haga. Si en el ámbito doméstico es detenido, con toda la razón del mundo, el maltratador infantil, aquel que pega al niño que no le obedece o que le lleva la contraria, incluso que le insulta; ¿qué podemos esperar de las fuerzas que tienen encomendado la protección de los ciudadanos? Ciertamente no lo que hemos visto en televisión, en internet, en todos sitios.

El mundo al revés, los que deben velar por la protección a los menores son los que los agreden. Yo soy padre y lo único que considero intocable en este mundo son mis hijos, y como yo, los policías que hasta ahora han actuado tendrán hijos, ¿cómo pueden aceptar que esto ocurra?

Ánimo a los estudiantes, defended lo que creáis justo. Los actuales dirigentes del ministerio del interior ¿cómo se lo habrían tomado si la policía hubiera actuado igual cuando ellos se manifestaban cada fin de semana con los obispos por las calles de España, entre voces que declaraban asesinos a los gobernantes de entonces?

Volvamos a la cordura, que no nos merecemos esto.

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